Vie. Mar 29th, 2024
La emergencia internacional del coronavirus enfrenta a la humanidad a una situación sin precedentes en la historia. Ahora más que nunca es necesario que la interdependencia entre las naciones y la salud se consideren un bien primordial que debe protegerse mediante una acción coordinada y solidaria a nivel mundial.

Esta es la convicción expresada por el Arzobispo Ivan Jurkovič, Representante Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra durante la 73ª Asamblea Mundial de la Salud, el órgano rector de la Organización Mundial de la Salud, cuya labor este año, por primera vez, se lleva a cabo por videoconferencia.

 

El prelado recuerda con firmeza el repetido llamamiento del Papa a no abandonar a las personas más vulnerables que viven en la periferia del mundo. La actual pandemia corre el riesgo de agravar las regiones "ya afectadas por situaciones de emergencia", por el hambre y la inestabilidad.  Jurkovič destaca la contribución ofrecida por la Iglesia a esta "respuesta mundial" necesaria para hacer frente a la pandemia: los 5.000 hospitales católicos y los más de 16.000 dispensarios pertenecientes a la Iglesia Católica que ofrecen incansablemente "atención sanitaria a todos, garantizando especialmente a los pobres y marginados el acceso a la atención médica y a los medicamentos". También se piensa en las "muchas órdenes religiosas, parroquias y sacerdotes" que están a la vanguardia para combatir la pandemia de Covid19.  A continuación, el arzobispo señaló el compromiso de la Santa Sede de contribuir al Fondo de Emergencia de la OMS "para el suministro de equipo de protección individual a los trabajadores sanitarios de primera línea".

 

La Santa Sede también expresa su reconocimiento por el compromiso de la Organización Mundial de la Salud de entablar un diálogo con los dirigentes religiosos a fin de "asegurar que las celebraciones y reuniones se lleven a cabo de conformidad con las medidas sanitarias necesarias".

 

Apoyo pleno al llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas a un "inmediato cese del fuego mundial en todos los rincones del mundo" para facilitar el acceso a la ayuda humanitaria, con especial atención a las personas en situaciones vulnerables. A este respecto, el Observador Permanente de la Santa Sede señala  el llamamiento del Papa Francisco para que se alivien las sanciones internacionales reduciendo, si no perdonando siquiera, la deuda pública, de modo que cada Estado pueda estar en condiciones de hacer frente a la emergencia y asistir a sus ciudadanos. Haciéndose siempre eco de las palabras del Santo Padre, Monseñor Jurkovič exhorta, por último, a unir las capacidades científicas, para que de forma transparente y desinteresada se puedan encontrar las vacunas y los tratamientos necesarios para curar a los enfermos en todas las partes del mundo.

 

Fuente: Vatican News