Mar. Abr 23rd, 2024

Bajo el lema “Corren ríos de solidaridad, germina la esperanza” (Salmo 1,3), la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS), presentó la campaña de Cuaresma o campaña de Comunicación Cristiana de Bienes (CCCB) con la que por más de 39 años ha brindado atención y acompañamiento a poblaciones en condición de vulnerabilidad.

“Se trata de ser efectiva la solidaridad, compartir con esos hermanos más necesitados que se encuentran en situaciones que reclaman un socorro inmediato”, explicó monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general del episcopado colombiano.

Retomando el mensaje de Cuaresma 2020, el prelado recordó que, en este año, el Papa ha insistido en la necesidad de reconciliación y en la caridad.

El papa nos dice, agregó: “el compartir siempre enriquece, siempre ayuda a construir en una sociedad más humana (…) En cambio, el egoísmo y buscar los intereses personales, cierra posibilidades”.

Retomando el lema de la campaña, explicó que este “recoge dos actitudes: La primera es la disposición a ayudar a los otros. Es un llamado a hacer efectiva la solidaridad; y, en segundo lugar, es un horizonte de esperanza, que tanto lo necesitamos, porque parecería que las circunstancias del día a día nos cierra a un destino de no posibilidad”.

En este sentido, “el llamado del episcopado es a que todos los católicos compartamos. La Palabra del Señor nos dice: si compartimos el pan con el hambriento, entonces veremos la salvación de Dios, se acabará la oscuridad. Cuando vivimos el compartir le estamos abriendo al mundo un horizonte de esperanza, de luz, de encuentro y ¡tanto que necesitamos hoy esto!”, insistió.

Áreas de intervención

Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del SNPS, durante la rueda de prensa de presentación de la CCCB, se refirió a los frentes de acción principales que se atienden con los recursos logrados a partir de la campaña:

– Desplazamiento forzado. En Colombia ésta es una realidad que sigue presente, teniendo efecto en numerosas comunidades del país y, por eso, parte de los recursos de esta campaña se ha destinado a atender poblaciones desplazadas principalmente en Mitú (Vaupés), donde tuvimos el año pasado un proceso de desplazamiento muy doloroso para un grupo de familias.

– El segundo bloque que requiere atención humanitaria urgente tiene que ver con situaciones que se han presentado por la emergencia invernal. Reconocemos que muchas comunidades no tienen capacidad de enfrentar las consecuencias de los desastres. Los aportes han ayudado a construir su proyecto de vida, a recuperar la esperanza.

– El tercer grupo humanitario identificado tiene que ver con el confinamiento de comunidades. Sabemos que el desplazamiento en algunos sectores baja, pero el confinamiento ha reaparecido.

Sabemos que el año pasado fue muy critica la situación en Bojayá.

– Desbordamiento de ríos y desastres naturales. En distintas zonas del país se ha brindado atención a poblaciones afectadas.

– Ayuda por situaciones alimentarias. Hay unas poblaciones que tienen carencias alimentarias muy grandes. Dramáticamente en Colombia, mientras en los sectores urbanos tenemos niveles de vida bastante aceptables, en las zonas rurales se registran grandes carencias, dificultades, alimentarias.

Además de la situación humanitaria interna, monseñor se refirió a la migración venezolana.

“La Iglesia en el país ha querido estar muy presente en el tema migratorio y hemos identificado unas 15 líneas de atención en las que estamos trabajando, entre ellas: agua, saneamiento básico, entrega de alimentos, alojamiento temporal, dinero multipropósito y transporte”.

“(…) Hemos logrado llegar a 214.901 personas, es una cifra que está muy lejos de cubrir la totalidad de la población migrante pero que ha tenido un impacto importante (…) La atención se ha hecho a lo largo del país, desde la Guajira hasta Ipiales, donde tenemos una obra muy importante de la Iglesia con centros de acogida y lugares de paso en los que la gente puede bañarse, tener un espacio humano y donde reposar”.

¿Cómo apoyar esta iniciativa?

– Donaciones en las alcancías y sobres, debidamente identificados, que fueron distribuidos en parroquias, colegios y familias.

– A través de la cuenta corriente # 081-33959-0 del Banco de Bogotá, a nombre del Secretariado Nacional de Pastoral Social.

Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia