Jue. Mar 28th, 2024

El vídeo nos muestra lo que ocurre cuando cada uno va por su lado. Los católicos debemos ir en armonía con la iglesia que Jesús fundó. Los apóstoles, eran diferentes en su forma de ser, pero iban en armonía con la iglesia, ninguno iba por su lado, es por eso que debemos marchar de acuerdo con la voluntad de Dios, guiados por su hijo y de la mano de nuestra Madre del cielo.

 

 

 

  • La Iglesia es el Cuerpo de Cristo (790) y como tal puede hacerse un paralelo con la Orquesta Sinfónica de la película: Cristo es la cabeza de ese cuerpo (el director) y todos nosotros somos sus miembros. Cada uno ejerciendo distintas funciones, tocando instrumentos diferentes según nuestra propia vocación.

 

  • La Iglesia es Templo del Espíritu Santo (797), es decir, el Espíritu Santo es su fuente y es el alma de la acción de la Iglesia. Por este don divino, Ella es capaz de escuchar de un modo especial y directo las enseñanzas de Cristo. Regresando al paralelo con el video, la Iglesia estaría representada por la violinista, aquella capaz de interpretar al milímetro la sinfonía (de la fe) que brota de la mirada y del corazón del Director. ¿De alguna manera la violinista no representa también al Santo Padre? Diría que sí, puesto que «Jesucristo la conduce y la gobierna, y sin dejar de dirigirla misteriosamente Él mismo, la hace también conducir y gobernar visiblemente por quien ocupa su lugar en la tierra; porque, después de su gloriosa Ascensión al cielo, ella no reposa sólo en Él, sino también en Pedro como sobre un fundamento visible para todos» (Henri de Lubac, Meditaciones sobre la Iglesia, Encuentro, Madrid 2008, pág. 147)

 

  • Muy relacionado con lo anterior está el hecho que la Iglesia es también la Esposa de Cristo (796), con ello expresamos la existencia de una alianza eterna, una relación personal y misteriosa entre Cristo y Ella, por la cual resulta lógico concebirla como Madre y Maestra (808) de la fe. La tonada que brota de su violín nos unifica, nos permite tocar como una verdadera Orquesta Sinfónica, con una sola sinfonía, la de nuestra fe católica. ¿Se dieron cuenta que al inicio, cuando aún no ha intervenido la violinista, la interpretación musical es terrible? Cada uno toca por su lado y sin orden. Me hace pensar en las 40,000 confesiones de hermanos separados que no poseen el don de vivir como un solo Cuerpo, interpretando una misma sinfonía. Nuestra Iglesia es un don inestimable.

 

Fuente: Catholic link