Vie. Mar 29th, 2024

Ante el incremento de asesinatos de líderes sociales en el país, los obispos católicos de Colombia emitieron un comunicado donde manifiestan su preocupación y rechazo ante estos hechos. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) en lo corrido del año 2020 ya han sido asesinados 17 líderes sociales y defensores de Derechos Humanos.

 

“Los obispos sentimos inmenso dolor, preocupación y rechazo al recibir, cada día, en lo recorrido de este 2020 noticias de asesinatos de líderes y de amenazas a las comunidades. Nos manifestamos solidarios con los sobrevivientes, los familiares y seres queridos de quienes han perdido la vida en esta oleada de violencia y muerte sin sentido”.

 

A su vez, manifestaron su oración y cercanía con las jurisdicciones eclesiásticas y las comunidades que siguen padeciendo el flagelo de la violencia, de manera especial aquellas ubicadas en los departamentos del Chocó, Cauca, Valle del Cauca, Norte de Santander, Nariño y Arauca.

 

Así mismo, claman por el respeto a la vida de toda persona ‘que es sagrada’ y piden al Gobierno y sociedad civil para que se haga “cuanto sea necesario para evitar que sigan ocurriendo asesinatos, atentados y acciones violentas contra nuestros hermanos y hermanas”, advirtiendo que estos hechos terminan por amenazar la democracia e instituciones del país.

 

También la Iglesia católica dio una palabra a las nuevas autoridades municipales y regionales posesionadas recientemente, exhortándolas para que dentro de sus planes de gobierno incluyan acciones para la protección de las comunidades y de los líderes sociales.

 

“Insistimos en la necesidad de poner en marcha una política pública nacional para enfrentar esta amenaza, que incluya acciones de protección, de respuesta oportuna a las alertas y de presencia eficaz de las instituciones del Estado en las comunidades más vulnerables”.

 

Finalmente, en su misiva los obispos recuerdan que seguirán acompañando y animando el trabajo de las comunidades, sobre todo aquellas más alejadas y desprotegidas.

 

Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia

Comunicado